
Germán Zelada Urioste es un portento de decimista y novelista y con frecuencia "cocina" espinelas como éstas que siguen, que tienen su muy especial e indeleble "firma".
Me gusta cruzar el raso
en las noches estrelladas
con nubes ensangrentadas
por los fuego del ocaso.
Me conmueve ver el paso
de alguna estrella fugaz
recordando una vez más
que la vida ha de dejarme
cuando decida alcanzarme
la Muerte que viene atrás.
Consciente de lo que soy
no me hace la Muerte huir
aunque casi puedo oír
sus pasos por donde voy.
Si cruzando el campo estoy
con mi compañero equino,
busco en el Cielo un camino
en medio de las estrellas
para marcar con mis huellas
mi trajín de peregrino.
Entonces se da un portento
que en frenético galope
me hace llegar hasta el tope
del inmenso firmamento.
Luego, con paso más lento,
recorro la inmensidad
donde la Divinidad
cual cien mil soles fulgura
y con mi cabalgadura
me lleva a la eternidad.